Varones, así como ejercitamos nuestro cuerpo es necesario hacer lo mismo con nuestras mentes. Hay que dominar nuestros sentidos, desarrollar nuestra atención y enfoque para poder agilizar nuestros procesos de pensamiento y responder más rápido ante diversas situaciones.
La investigación ha demostrado que las personas que pueden mantener su atención durante largos periodos de tiempo se desempeñan mejor en todo tipo de desafíos cognitivos que aquellos que no pueden. Un hombre con una capacidad de atención dispersa solo podrá experimentar un plano de existencia; puede hojear la superficie del vasto conocimiento y sabiduría del mundo, pero no puede sumergirse profundamente y descubrir los tesoros que estos conllevan. El hombre con un enfoque revestido de hierro puede hacer ambas cosas; es el capitán del barco y el cazador de perlas, y el mundo es verdaderamente su ostra.
Si tu objetivo es aprender y comprender todo lo que puedas sobre el mundo que te rodea antes de morir, fortalecer tu poder de concentración no es una opción: es una necesidad.
Piensa que tu mente es como un músculo
Si de fortalecer nuestra atención se trata, primero debemos pensar que nuestra mente es como un músculo:
¿Qué pasa cuando después de un tiempo dejamos de hacer ejercicio físico? Nuestros músculos se atrofian y dejamos de tener fuerza en ellos; en cambio, si los fortalecemos con ejercicio vigoroso y decidido, los músculos comienzan a recobrar su fuerza. Así es la mente, debemos mantenerla por medio de ejercicios que den como resultado un mayor desempeño cognitivo.
Eso sí, no se trata de solo alimentar la mente y el cuerpo; es necesario, como todo, descansar. Entonces vean a la mente como un músculo más de su cuerpo y mantengan activa la atención por medio de este plan de entrenamiento para tu cerebro.
1. Aumenta la fuerza de tu enfoque gradualmente
Si decides que quieres hacer ejercicio y estás comenzando de cero, lo peor que puedes hacer es lanzarte a hacer un programa de entrenamiento extremo; terminarás herido, desanimado y tan cansado que renunciarías antes de comenzar a ejercitarte realmente.
Del mismo modo, si tu capacidad de atención es baja lo mejor es ir aumentando lentamente tu “peso”, como en el gimnasio. Para esto utilizaremos el “Método Pomodoro”, en el que trabajas por intervalos de tiempo, poniendo tu mayor atención en lo que estás haciendo.
Comienza con un objetivo sencillo y avanza desde ahí. Establece un temporizador para 5 minutos y concéntrate completamente en tu trabajo durante ese periodo de tiempo. Luego, toma un descanso de 2 minutos y vuelve a lo tuyo durante otros 5 minutos.
Cada día agrega otros 5 minutos a tu tiempo de trabajo enfocado, junto con dos minutos adicionales de descanso, y así cada día agrega otros 5 y 2 minutos a tu ejercicio, hasta que logres trabajar durante 45 minutos seguidos y puedas permitirte un descanso de 18 minutos. Una vez que te sientas cómodo con esta configuración podrás alargar tus sesiones de enfoque y acortar tus tiempos de descanso, de manera que serás más efectivo.
2. Crea una lista de tareas pendientes como distracción
Aceptémoslo, internet nos quita tiempo pues hace que cualquier información sea accesible al instante y podemos buscar nuestras dudas en el momento que nos surgen: ¿Qué tiempo hará mañana? ¿En qué año salió esta película? ¿Qué hay de nuevo en Facebook? En consecuencia, cambiaremos de trabajar a buscar dichas preguntas en internet, y estas distracciones nos llevan en promedio unos 25 minutos. Esto, además de desenfocarnos, agota nuestras fuerzas de pensamiento.
Por lo tanto, para mantenerse concentrado en las tareas importantes, cada vez que aparezcan ideas en tu cabeza simplemente escríbelas en una hoja de papel o libreta que tengas a la mano, y prométete buscarlas una vez que termines con tu sesión de enfoque y que hayas llegado a tu tiempo de descanso.
3. Ármate de fuerza de voluntad
Prestar toda nuestra atención a una tarea requiere que pongamos toda la fuerza de voluntad que hay en nosotros para ignorar deliberadamente las distracciones mientras nos concentramos en realizar nuestro trabajo.
Para ello es necesario recordarte a ti mismo los objetivos y el beneficio de lograr enfocarte enteramente en lo que haces; construye ese carácter y no dejes de hacer las cosas hasta que se hayan hecho bien.
4. Medita
La meditación nos ayuda a mantenernos frescos, tranquilos y serenos. Distintas investigaciones han demostrado que la meditación consciente puede aumentar significativamente nuestra capacidad de atención.
Esto no quiere decir que pases tus días como un monje de monasterio para aprovechar tu poder de atención; bastan unos 10 o 20 minutos de meditación al día para desarrollar tu poder de enfoque. Después de tan solo cuatro días notarás los resultados.
Entonces, si deseas poder concentrarte en tus estudios durante horas comienza con tu respiración, enfócate en ella durante unos minutos; esto te servirá, incluso, para conciliar el sueño más rápido por las noches.
5. Practica la atención plena durante el día
Además de dedicar el tiempo a la meditación, encuentra oportunidades para practicar la atención durante el día. La atención plena es simplemente enfocarte completamente en lo que estás haciendo, disminuir la velocidad y observar todas las sensaciones físicas y emocionales que estás experimentando en ese momento.
Puedes practicar la atención plena cuando comes, ya que te tomas el tiempo para masticar tu comida; concéntrate en sus sabores y textura. Puedes practicar la atención plena cuando te afeitas; mientras hueles la crema de afeitar siente el placer de aplicarte la espuma en la cara y arrastra lentamente la navaja sobre tu cara.
La incorporación de sesiones cortas de atención plena durante todo el día fortalecerá y ampliará tu capacidad de atención, de manera que podrás controlarla en los momentos que realmente lo necesites.
La atención plena también puede ayudarte a rechazar las distracciones a medida que surgen. Si estás trabajando en una tarea y sientes esa inquietud de ir a hacer otra cosa, piensa en “estar aquí ahora”. Concéntrate en tu cuerpo y tu respiración; después de unos segundos notarás que la distracción ya no está presente y que estás listo para volver al trabajo.
6. Ejercita tu cuerpo
Recuerda que la mente y el cuerpo están conectados, y ejercitar tu cuerpo beneficia a tu mente. Hay expertos que, incluso, recomiendan hacer ejercicio moderado antes de presentar un examen, pues ayuda a la capacidad de nuestro cerebro para ignorar distracciones y seguir enfocados.
7. Memoriza cosas
Memorizar cosas es algo que, en realidad, hacemos sin querer. Cuando nos interesa mucho algún tema o evento memorizamos fechas, nombres y datos curiosos sobre ello. Memorizar es una excelente manera de ejercitar los músculos de tu mente, así que proponte memorizar un poema o un verso de alguna escritura cada semana. Empieza por cosas pequeñas, como una cita de algún escritor, incluso una canción sin música; el punto es que refuerces esa habilidad.
8. Lee textos largos
Caballeros, no se vayan por lo fácil, eviten los resúmenes. Aunque recientes estudios indican que, con la llegada de artefactos electrónicos inteligentes, la lectura de contenido electrónico ha aumentado un 40%, en realidad solo un 5% de esos mismos lectores termina de leer los artículos que comienzan. Además, el 38% de los lectores nunca se desplazan más allá de los primeros párrafos. Por lo tanto, decir que la lectura en general ha aumentado sería engañoso.
Al mismo tiempo estamos leyendo menos libros, esto es realmente una pena. Claro que siempre buscamos ahorrarnos tiempo, y algunas publicaciones incluyen ideas complejas que no pueden ser resumidas. Omitir información es perderse de conocimiento, así que evita leer entre líneas y mejor invierte tu tiempo en el desafío mental que representa leer un buen libro o un artículo de bastante interés.
9. Sé curioso
Cuanto más curioso seas sobre el mundo mayor será la resistencia de tu concentración cuando la requieras en un trabajo. Un sencillo experimento para probar cómo hacerlo es lo siguiente:
Trata de fijar tu vista en un punto sobre un trozo de papel o en la pared. Al poco tiempo te darás cuenta de dos cosas: ya sea que tu campo de visión se ha vuelto algo borroso, por lo que no notarás nada distinto, o que has dejado de mirar de manera involuntaria el punto en cuestión y estás mirando a otro lado. Pero si te haces preguntas sucesivas sobre el punto: ¿Qué tan grande es? ¿Qué tan lejos está? ¿Qué forma tiene? ¿Qué color? Etcétera… En otras palabras, si piensas en varias cosas asociadas a ese punto podrás concentrarte en ello un tiempo relativamente largo. Esto es lo que hace un genio, indagar para aprender más y más.
Charles Darwin era un maestro de este concepto. Sus contemporáneos se maravillaron de su habilidad para pasar un día entero mirando animales y plantas. El secreto de Darwin era su curiosidad incansable: podía descubrir cada vez más acerca de un solo objeto al enfocarse en varios detalles, examinarlo de diferentes maneras y hacer nuevas preguntas.
10. Practica el escuchar atentamente
El enfoque no solo es útil para los esfuerzos intelectuales, también es una habilidad interpersonal esencial. La capacidad de estar completamente presente con un ser querido o amigo construye tu relación, intimidad y confianza con ellos. Al mismo tiempo, hacer un esfuerzo por enfocar toda tu energía en otra persona fortalece tus músculos de concentración en general.
Entonces, la próxima vez que hables con una persona importante para ti apaga tu celular o ponlo en silencio, y escucha con la mayor atención posible lo que tenga que decir.
Conclusión
Caballeros, hoy en día tenemos un sinfín de comodidades que restan nuestra atención a otras cosas; por ejemplo, cuando vemos una película y a la par estamos revisando redes sociales con el teléfono…
Para vivir plenamente en medio de tantas distracciones, dominar nuestra atención es clave. Al final de tu vida, en quien te has convertido, en lo que has aprendido y logrado, y quien está allí al final contigo será la suma total de lo que elegiste para prestarle atención cada año, día y hora.
Al final olvidarás todas esas pequeñas distracciones que te quitaron tiempo de calidad con tu familia, amigos, contigo mismo, y te arrepentirás de lo cerrado de mente que llegaste a ser por no poner todo de tu parte.
Esperamos que estos consejos te sirvan para mejorar tu vida un poco.