La mayoría de las civilizaciones antiguas dejaron una huella con la que podemos seguir su historia o al menos una pista codificada de su conocimiento, cosmogonía o pasado. Sin embargo, puede que el tiempo haga que esta información se quede muy distante a nosotros al no comprender el código con el que fueron escritos.
Estos 10 códices han sido investigados por muchos criptógrafos con el propósito de averiguar lo que dicen y los misterios que estos guardan. El tiempo ha atesorado su secreto, pero es posible que con el avance de la tecnología, sean las inteligencias artificiales quienes nos ayuden a resolver estos acertijos.
1. Manuscrito Voynich
Fue nombrado así en honor al comerciante de libros polaco Wilfrid Michael Voynich, quien lo compró en una librería jesuita italiana en 1912. Está escrito en un idioma desconocido e impresiona por sus detalladas ilustraciones, que en su mayoría parecen ser muestras botánicas (aunque todas ellas son desconocidas). Se cree que está escrito en hebreo medieval. Sin embargo, aún no se sabe qué es lo que dice.
2. El criptograma de Olivier Levasseur
Olivier Levasseur fue un erudito del siglo XVII y un oficial naval que, después de la guerra de sucesión española, se dedicó a la piratería durante 14 años. Cuando fue capturado, el 7 de julio de 1730, y estaba listo para ser colgado, Levasseur arrojó un criptograma escrito por él y exclamó: “¡Encuentren mi tesoro, el que pueda entenderlo!”. Se piensa que dicho tesoro está escondido en un isla del océano Índico que tiene un valor aproximado de 100 millones de libras esterlinas.
3. Inscripción de Shugborough
Este pequeño criptograma está inscrito en el Monumento al Pastor del siglo XVII en Shugborough Hall, en Staffordshire, Inglaterra, debajo de la pintura de uno de Los pastores de Arcadia de Nicolas Poussin. Se trata de una secuencia de letras colocadas entre las letras D y M. A pesar de los muchos intentos por resolverlo, no ha habido una respuesta. Se piensa que es un anagrama de una frase escrita en inglés o latín bíblico.
4. El disco de Phaistos o Festo
Este disco fue descubierto en 1908 y está hecho con arcilla cocida del palacio minoico de Festos, en la isla de Creta. Posiblemente data de entre 1850 y 1600 antes de la era común. Mide 15 centímetros de ancho y está cubierto por ambos lados de una espiral con 241 fichas compuestas de 45 signos distintos. Los expertos no se han puesto de acuerdo si se trata de un guion, un silabario, un alfabeto o una logografía. Ni siquiera esperan tener éxito al descifrarlo porque es único en su tiempo y no tiene una referencia a su significado.
5. La escritura del Valle del Indo
También se le conoce como el Escrito de Harappa. Su origen se remonta a la civilización del valle del Indo, que duró aproximadamente del año 2500 a.C. a 1700 a.C., en lo que actualmente es Pakistán. Cada objeto, de barro o metal, contiene un guion compuesto por cinco símbolos y el más largo tiene 21. Además de esto, utiliza imágenes de animales y humanos. Sin embargo, su significado es un gran misterio. Hasta la fecha no tenemos información sobre la lengua de esta escritura. Sin embargo, algunos expertos creen que tiene relación con la escritura brahmi o con los idiomas dravidianos o que es una forma ancestral del sánscrito.
6. Kryptos
Este tal vez es uno de los misterios más conocidos. Fue diseñado por el artista estadounidense Jim Sanborn y fue creado para la sede de la CIA en Langley, Virginia. Se inauguró en 1990 y la escultura tiene cuatro encriptados con una combinación de las 26 letras del alfabeto inglés. Tres de ellas ya han sido traducidas y contienen errores ortográficos intencionales. La última no se ha logrado descifrar a pesar de tener una pista: seis de las letras deletrean la palabra Berlín.
7. Cifrado D’Agapeyeff
Se trata de un cifrado numérico que el criptógrafo inglés Alexander D’Agapeyeff colocó como un desafío al final de la primera edición de su libro Codes and Ciphers. Consta de 395 dígitos en grupos de cinco. Sigue sin resolverse y hasta su creador ha declarado que ha olvidado cómo lo cifró.
8. Cifrado de Dorabella
El cifrado de Dorabella es una carta codificada que escribió el compositor inglés Edward Elgar a su amiga Dora Penny, seguida de otra en 1897. Contiene tres líneas con 87 caracteres formados por 24 símbolos diferentes. Dora nunca pudo descifrar la carta y hasta ahora sigue siendo un misterio.
9. El código del caso Taman Shud
Fue encontrado en la playa de Somerton Park, al sur de Australia, junto a un hombre muerto no identificado. Consta de una serie de cartas escritas en cinco líneas. Muchos criptógrafos del Departamento de Defensa fueron llevados a descifrarlo sin éxito. Un trozo de papel arrancado contenía las palabras “Tamam shud”, que significa “terminado” en persa, y estaba dentro del reloj de bolsillo del fallecido.
10. Códice Rohonc
Este códice fue descubierto en Hungría occidental a principios del siglo XIX. Es un manuscrito ilustrado de autor anónimo en un idioma y escritura desconocidos. Tiene 448 páginas y consta de 9 a 14 filas de símbolos que son 10 veces superiores a cualquier alfabeto, por lo que se piensa que se trata de un silabario o una logografía. Hasta la fecha no existe una comprensión del texto o las ilustraciones.