Vivimos tiempos difíciles en los que estamos tratando de evitar la crisis económica causada por la de salud. Es en estos momentos de mayor incertidumbre cuando la bondad debe brillar más que nunca, y este hombre noble nos da el ejemplo de que podemos cambiar una vida con una pequeña pero sincera acción.
La historia de una chica desempleada y Joemir, un conductor de autobús en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, se hizo viral en las redes sociales porque demostró que un acto de bondad puede hacer una gran diferencia en la vida de otra persona. En una declaración con el periódico Bangu Ao Vivo, esta chica contó cómo conoció a don Joemir y lo que hizo por ella.
Ella tenía cuatro meses desempleada, su dinero se estaba acabando y nadie contestaba las solicitudes de empleo que enviaba por correo electrónico. Finalmente, una mañana recibió una llamada para una entrevista de trabajo ese mismo día. Esta chica empezó a prepararse y subió a un autobús para llegar a tiempo.
El problema fue que cuando subió al transporte y pasó su tarjeta por la máquina de cobro, el aparato le señalaba que su tarjeta estaba dañada y no podía cobrarle el pasaje. Desesperada y a punto de llorar, se bajó del camión y se sentó en una banca a pensar qué podría hacer.
Ella no lo sabía, pero el conductor del autobús, don Joemir, había visto lo que sucedió y espero hasta que todos los pasajeros subieron para bajar del vehículo y preguntarle a la chica qué le pasaba. Entonces esta chica le explicó que su tarjeta estaba marcada como dañada, que tenía una entrevista de trabajo y al mirar su bolso, se dio cuenta de que no tenía dinero en efectivo para viajar.
Joemir le dijo que subiera gratis al autobús y le preguntó cómo volvería a su casa. Ella respondió que lo importante era llegar, el regreso ya sería un problema que tendría que resolver después. Entonces el conductor le dio cuatro reales brasileños para que pudiera pagar el viaje de vuelta a su casa al terminar la entrevista.
La chica le agradeció por su bondad y empezó a llorar en silencio mientras iba en el asiento del autobús. De verdad estaba impresionada con la bondad del conductor.
Pasaron los días y, recientemente, Joemir volvió a encontrar a la misma chica en su autobús. Ella le dijo que sí había conseguido el trabajo. Le agradeció mucho, pues si no hubiera sido por su generosidad, la historia quizá hubiera sido muy distinta.
Para ella, Joemir se convirtió en un ángel enviado para salvarla en uno de los peores momentos de su vida. Estos casos son los que nos devuelven la fe en la humanidad.