La siguiente historia conmovió a toda Kenia. Es la historia de Patrick Hinga, quien estaba completamente perdido en las drogas y había terminado como indigente. Todo cambió cuando tuvo determinación para salir del hoyo donde estaba, y cuando una compañera de la escuela decidió ayudarlo. Su cambio fue increíble.
Wanja Mwaura, quien fuera su amiga en la infancia, lo reconoció en las calles y lo ayudó a volver a la vida. Patrick había tenido muchos problemas de adicción, y todo empezó en la escuela cuando comenzó a fumar marihuana y luego fue expulsado.
Posteriormente sus adicciones lo llevaron a un hospital mental para tratar de librarse de las drogas. Pero entraba y salía muchas veces. Su madre y su hermana se hacían cargo de él. Pero cuando se escapaba del hospital deambulaba por el barrio desnudo o comiendo de la basura.
Durante sus estancias en el hospital sus adicciones empeoraron al descubrir una droga llamada Attain, que es muy barata. Patrick no mostraba signos de recuperación y finalmente se volvió indigente en las calles de Nairobi. Completamente fuera de control, solo se dedicaba a buscar drogas.
Su madre trataba de ayudarlo, le llevaba comida y trataba de convencerlo de regresar a la casa. La gente la señalaba: “eramos un espectáculo; la gente se juntaba para vernos, se reían y nos señalaban cuando comíamos. Me llamaban la mamá del loco”.
Un día, en las calles, en su pequeño rincón, Patrick se reencontró con una antigua compañera de la escuela, Wanja. Ella le empezó a hablar y él le dijo que ya no quería vivir en las calles. Wanja entonces lo internó en un centro de rehabilitación y buscó ayuda para tratar Patrick en redes sociales.
Luego, con lo recaudado, le ayudó a abrir un pequeño negocio que se llamó “Tienda de Hinga”. Su transformación, luego de desintoxicarse, es increíble. Dijo al diario Daily Nation: “rezo a diario, le pido a Dios que me ayude para no caer de nuevo en las drogas”.
Su historia conmovió a todo el país, ya que Kenia tiene un grave problema de drogadicción, sobre todo en las partes más pobres de Nairobi. Pero la historia de Patrick prueba que con un poco de ayuda de la gente, nunca es tarde para cambiar tu vida. Así es como se ve ahora: