Hay personas que piensan que sin la educación que te proporciona una escuela nunca conseguirás un trabajo decente, y hay otras tantas que piensan lo opuesto. Tal vez los exámenes no son todo en esta vida, y Adam Frisby es el vivo ejemplo…
Frisby es un chico de 29 años que solía trabajar en Burger King y no terminó la escuela secundaria. Pero dicen por ahí que el que quiere puede, y contra cualquier pronóstico Adam Frisby se convirtió en millonario.
Él no tenía idea de qué haría con su vida, cuando a los 16 año lo expulsaron de la secundaria y consiguió un trabajo en Burger King, donde trabajó duro para convertirse en el manager más joven de su región; sin embargo, eventualmente consiguió otro trabajo en Barclays Bank.
A los 20 años, Adam se mudó de su casa, en Norfolk a Manchester para trabajar en un reclutamiento. Desafortunadamente tuvo que regresar de urgencia a casa cuando su hermano Peter se hirió de gravedad en un accidente automovilístico, donde perdió la vista.
“Estuvo en el hospital por seis meses, y como nuestros padres no están cerca, me junté con mi hermana para apoyarlo. Su recuperación fue una gran fuente de inspiración para mí, pues él seguía siendo independiente, no necesitaba gente que lo cuidara. Eso cambió mi perspectiva en la vida”.
Después de recibir aproximadamente 1,000 dólares por su despido, Adam decidió arriesgarlo todo y crear su propia empresa. Siempre había sentido interés por la moda, así que esa fue la rama a la que se dirigió.
En el año 2013 estableció su empresa In The Style y su éxito se debió en gran parte al uso de redes sociales.
“Vi una oportunidad en el otro lado de la moda al conectar los medios de comunicación social y a las celebridades influyentes. Pensé que hay una brecha aquí y nadie realmente le saca provecho.
“Cuando comencé hacía competencias en redes sociales para regalar algunos vestidos a celebridades, y ahí fue cuando empecé a construir el perfil”.
Así que su arduo trabajo y buenas conexiones han pagado; y su negocio ahora vale poco más de 18 millones de dólares. La actitud de Adam ante estas cifras es asombrosa:
“Siendo completamente honesto, me encantaría darles una gran historia con un trasfondo sensible, pero la verdad es que sabía que quería lograr algo para mí, y sabía que necesitaba incorporar dar a otros una oportunidad.
“Queremos que al menos el 60% de nuestro personal provenga de un fondo local, para dar a la gente en la comunidad local oportunidades de trabajo”.
De su inversión inicial de mil dólares, y comenzando en su dormitorio, Adam ahora emplea a más de 30 personas, y busca ampliarse a un local más grande, pues su marca se trasportará por todo Europa, Estados Unidos y Australia.