El Tour de Francia es una competencia entre ciclistas de élite que consiste en una carrera por etapas a lo largo de la geografía francesa y países vecinos. Esta se celebra durante el mes de julio, así que en vista de lo que se espera este año para tal evento, el día de hoy venimos con un poco de historia, pero no nos enfocaremos en los logros, sino en las legendarias trampas y comportamientos poco éticos de los participantes.
1. Los ciclistas fumaban en plena carrera
Antes de que se hiciera conciencia sobre el gran daño que el humo de cigarro hace a nuestros pulmones, la gente solía fumar como si no hubiera un mañana y cualquier lugar era propicio para hacerlo, como una carrera ciclista llena de deportistas de alto rendimiento.
En los años 20, los ciclistas fumaban mientras iban sobre la bici, pues creían que así abrían sus pulmones y los ayudaba a concentrarse. Con el tiempo, esta práctica fue desapareciendo, ya que se comprobó los efectos dañinos del tabaco en la salud.
2. Se hidrataban con alcohol
Lo más coherente sería que los ciclistas se hidrataran con agua, suero o bebidas azucaradas, pero no. Hasta los años 60 era común que se bebiese alcohol durante la carrera para aumentar la resistencia de los ciclistas. Desde cerveza, vino hasta champaña, la gente creía que con estos líquidos se recuperarían e irían más alegres. Pues en aquel entonces la carrera duraba 18 horas, por lo que tenían que hacer de todo para rendir tanto tiempo y si el alcohol no ayudaba, al menos hacía la jornada más llevadera.
3. Comían lo que fuera
Antes la carrera solía durar 18 horas a comparación de las cinco de hoy en día. A principios de siglo, el evento no contaba con equipos de auxiliares y los ciclistas paraban a lo largo de la ruta para tomar y comer lo que fuera, algo que les acarrearía una descalificación ahora. Había corredores que comían ostras, tapioca, chocolate caliente, alimentos que, se supone, les daría más energía, pero sólo los hacía correr al baño.
El ganador del Tour de 1904, Henri Cornet, consumió 11 litros de chocolate caliente, 4 litros de té, champaña, 1,5 litros de pudin de arroz y aun así llegó a la meta antes que el resto.
4. Se remolcaban con autos, trenes y motocicletas
Los primeros Tours estuvieron plagados de trampas entre competidores. Durante los primeros años, muchos de ellos eran remolcados por coches durante un buen tramo. En 1904, el ciclista Hippolyte Aucouturier amarró su bicicleta a un automóvil que lo impulsó varios kilómetros. Aunque fue descalificado, evitó la suspensión y consiguió la cuarta posición de la clasificación general.
5. Los ciclistas lanzaban vidrios y tachuelas en el camino
En la década de 1900 era complicado monitorear a los competidores, por lo que no es sorpresa que algunos de ellos hicieran trampa arrojando tachuelas y vidrios rotos en la carretera para desestabilizar a sus contrincantes.
Pero no crean que porque son otros tiempos esto no sucedió de nuevo. En 2012 se encontraron tachuelas en el camino que causaron pinchaduras de neumáticos para unos 30 ciclistas. Al final, los organizadores no supieron si se trataba de una trampa por parte de los competidores o si los aficionados lo habían hecho.
6. Los ciclistas se peleaban y destrozaban las bicicletas de los oponentes
Al ser una larga carrera y competir por un primer lugar, era de esperarse que los competidores perdieran los estribos con algún oponente. Si bien les iba, se peleaban a golpes y seguían la carrera. Sin embargo, los tramposos hacían alianzas con otros ciclistas, emboscaban a los competidores y destrozaban sus bicicletas. Al final, el ganador compartía los premios con sus cómplices.
7. El público golpeaba a los ciclistas que no eran de su agrado
Conforme el Tour comenzó a tener más aficionados, la competencia se tornaba más intensa, pues el público solía intervenir cuando un ciclista no era de su agrado y si bien les iba, solo les bloqueaban el paso, pero si la gente estaba molesta, los llegaban a golpear.
Esto le pasó a Maurice Garin, el ganador de la carrera en 1903. En la carrera del año siguiente, él y su compañero se encontraron con un bloqueo humano en el pueblo de St. Étienne, realizado por los fanáticos del competidor local Antoine Faure.
8. Consumo de sustancias ilegales
En 1920, el ciclista Henri Pelissier confesó que la mayoría de los participantes consumían sustancias ilícitas para mantenerse alerta. Muchas de ellas eran recetadas por médicos como “ayuda natural”, hasta que los organizadores y expertos prohibieron este tipo de prácticas, pero no por ello se dejaron de usar.
En la década de los 90, el mundo del deporte se vio sacudido cuando se reveló que Lance Armstrong, uno de los ciclistas más famosos del mundo, había estado usando drogas para mejorar su rendimiento durante casi toda la totalidad de su carrera. Ante esto, sus títulos desde 1998 fueron retirados y le prohibieron competir en todo tipo de deportes de por vida.