Sabemos que algunos millonarios pueden tener gustos excéntricos y se aprovechan de su poder para lograrlos, como en el caso de He-Shihua, un magnate chino que compró al equipo Zibo Cuju de la Ligue One de China, que es la segunda división. Esto no tiene nada de particular, pues no es el único adinerado que hace algo así, pero lo que ha sorprendido es que obligó al director técnico a que metiera al campo de juego a su hijo e, incluso, él ya jugó en un partido.
Su sueño siempre fue formar parte de este equipo y portar el número 10, por eso en un partido de la liga, este millonario ingresó a la cancha y para que todos supieran quién era, utilizó su “número de la suerte”. Seguramente, ni el director técnico, ni los jugadores, ni los aficionados están muy contentos con esto, pues se trata de que el equipo sea exitoso, no de cumplir caprichos del dueño.
El propietario del equipo, de solo 35 años, también obligó al entrenador para que pusiera en el cuadro titular a su hijo, un adolescente de 126 kilos, quien evidentemente no está en condiciones físicas para jugar en una liga profesional, así que su desempeño en la cancha fue terrible. Sin embargo, nadie se atrevió a decirle que no al dueño, quien al parecer no le interesa mucho el rendimiento de su equipo, el cual va en el último lugar de la competencia.
En la página del equipo, He-Shihua aparece como propietario y también como el número 10, aunque tampoco es muy hábil con el balón, así que con estos caprichos no hay por qué preguntarse el motivo por el que el equipo apenas ha conseguido un punto de 15 que se han disputado. Además, de seguir así, será imposible que la situación mejore. Esperemos a ver si en los siguientes partidos no quiere alinear también a su abuelito…