La muerte de Diego Armando Maradona ocurrió el 25 de noviembre de 2020, en su casa ubicada en Dique Luján, provincia de Buenos Aires, Argentina. Se reportó que fue una muerte súbita mientras dormía, desencadenada por complicaciones cardíacas que le venían aquejando desde tiempo atrás. Básicamente, un “ataque al corazón” a sus 60 años.
Hasta aquí todo está dentro de lo “normal”, pues parece que su muerte se debió a un estado de salud deteriorado por la edad. Sin embargo, nuevos elementos han salido a flote en el caso de su muerte y ahora su equipo médico está bajo sospecha de haber sido responsable de “su homicidio”. Además, sus ocho integrantes serán sometidos a juicio en un proceso que iniciará entre finales de 2023 y principios de 2024.
La investigación
Poco tiempo después de la muerte del legendario futbolista, las investigaciones iniciaron para indagar respecto a la situación que rodeaba su deceso. Las pesquisas incluyeron, pero no se limitaron a, búsquedas en las propiedades de su doctor de cabecera y sondeo de todos los involucrados en el cuidado del retirado deportista.
Este 22 de junio de 2022, un juez declaró que dados los comportamientos, por acción u omisión, de los miembros del cuerpo médico a cargo del cuidado de Diego Armando Maradona, había razones para creer que cada uno de ellos había contribuido al nefasto resultado de la muerte del célebre futbolista.
La decisión
La decisión del juez decía que las ocho personas que integraban el cuerpo médico de Maradona, incluidos doctores, enfermeras e incluso la psicóloga que se encargaba de atender a la celebridad en el momento de su muerte, serían acusadas de “homicidio simple”, un cargo sumamente serio que implica arrebatar la vida intencionalmente y que podría significar entre 10 y 25 años de cárcel a quienes fueran encontrados culpables.
Un consejo médico que fue designado para investigar la muerte del exfutbolista llegó a la conclusión de que su staff médico actuó de un modo deficiente, inapropiado y descuidado, lo que desembocó en el fatal desenlace que acaeció sobre el ídolo futbolístico. El consenso fue que “de haber sido atendido apropiadamente, pudo haber vivido más y mejor”.
Sabía que fue homicidio…
Mario Braudy, abogado de uno de los hijos de Maradona, Diego Fernando, ha sostenido desde el principio de la investigación que el astro del futbol se había encontrado en una “situación de completa indefensión” para cuando ocurrió su muerte.
En cuanto me enteré de cuál se había dicho que fue la causa de su muerte, dije que había sido homicidio. Luché largo y tendido y henos aquí, con esta etapa legal por fin completada.
Los investigados
Los siete sospechosos del homicidio de Maradona son Leopoldo Luciano Luque, de 40 años, neurocirujano y su médico personal; la psiquiatra Agustina Cosachov, de 36 años; el psicólogo Carlos Ángel “Charly” Díaz, de 29 años; la coordinadora médica Nancy Edith Forlini, de 52 años; Pedro DiSpagna, médico clínico de 48 años; Mariano Perroni, de 40 años y coordinador de enfermeros, así como los enfermeros Ricardo Omar Almirón, de 38 años, y Dahiana Gisela Madrid, de 37 años.
Prácticamente, todos los actualmente acusados, exceptuando a DiSpagna, fueron sospechosos desde el momento en que el astro murió y fueron llamados a comparecer el lunes 8 de noviembre de 2021, para ser procesados por los tribunales de San Isidro. Desde entonces son el foco de atención.
Ya se lo temían
En conversaciones escritas y audios revelados entre la psiquiatra Cosachov y el médico Luque durante el último intento de rescatar al futbolista, se muestra que ambos temían ser responsabilizados de la situación. Además, en el caso de Luque, este dejaba ver cierto desprecio por su paciente.
“Leo, lo están reanimando, pero nada. Nada”, decía la psiquiatra. “Avísame si están enojados con nosotros”, respondió Luque, sin que pareciera importarle mucho el bienestar de su patrón. “No, no. Por ahora no dijeron nada”, lo tranquilizó Cosachov. Más tarde, Luque diría a otro contacto “se va a ca**r muriendo el gordo”, para luego contestar a la confirmación del deceso solamente “Ok”. En esa emotiva reacción se nota que eran amigos del alma.
Gran impacto
La situación se manejó con extrema afectación: su funeral se desarrolló en la Casa Rosada, con todos los honores de un funeral de estado, mientras que su cuerpo terminó siendo enterrado el 26 de noviembre, en el mismo cementerio en el que fueron enterrados sus padres, ubicado en Bella Vista.
Independientemente de las controversias que siempre estuvieron ligadas a su nombre, incluso durante el periodo más prolífico de su carrera, Diego Armando Maradona fue y sigue siendo un ícono inefable de Argentina y si, como apuntan las investigaciones, su vida pudo haber tenido mejor calidad y haber sido más larga con un cuidado médico ético y responsable, los culpables de que no haya sido así serán, sin duda, puestos a juicio, legal y popular.