Si eres un hombre aventurero, probablemente buscas una pareja que pueda seguirte el paso en todos tus proyectos pero, ¿qué pasa si la persona que amas no tiene la posibilidad física de hacerlo? Bueno, el día de hoy les traemos una verdadera historia de amor sobre un hombre que ayudó a su pareja a conquistar obstáculos que jamás pensó poder lograr.
Cambry ha estado sobre una silla de ruedas la mayor parte de su vida adulta pues está paralizada de la cintura hacia abajo. Su novio, Zack Nelson, es un hombre que gusta de deportes extremos y hacer senderismo. Con el fin de ayudarla a llegar a más lugares y que pueda moverse sobre terrenos difífiles, Nelson empalmó dos bicicletas eléctricas con un asiento en el centro… ¡Y funcionó!
Ahora Cambry lo acompaña con libertad a sus caminatas, y pudo superar obstáculos que parecían imposibles con facilidad, además, podía andar por kilómetros sin que le dolieran los hombros por empujar una pesada silla de ruedas.
Todo comenzó cuando la pareja intentó comprar una silla de ruedas eléctrica. Si bien hay diferentes opciones que se adaptan a las necesidades de cada personas, ellos no pudieron encontrar una que fuera lo suficientemente rápida o resistente para el uso que le querían dar. Así que se pusieron a dar ideas para construir por su propia cuenta un vehículo rápido, ligero y con un alcance largo. Sin embargo, construirla no fue trabajo sencillo.
“El desafío más grande fue el precio. Queríamos crear algo asequible. Encontrar componentes de calidad y diseño a un precio barato llevó bastante tiempo”, dijo Zack. Sin embargo, lo lograron, y juntos diseñaron una genial silla de ruedas todo terreno que Cambry pudo disfrutar.
Al ver el éxito obtenido, la pareja pensó que sería buena idea construirlas en masa y venderlas a personas como Cambry, que buscan llegar más lejos a pesar de sus limitaciones. Así nació “Not-A-Wheelchair” (“No es una silla de ruedas”) una silla todoterreno confiable y accesible.
“Not-A-Wheelchair” definitivamente no es una máquina para andar en el interior de tu casa, así que Cambry aún usa una silla de ruedas normal para estar en su hogar, pero cada vez que ella y Zack van al parque o a una caminata lo hace en el carrito. La silla eléctrica ha demostrado ser, literalmente, “todo terreno”.
“La hemos llevado a Hawaii dos veces para probarla. La bicicleta debe enviarse con una empresa de carga antes de irnos, por lo que la enviamos aproximadamente una semana antes de nuestro vuelo, y nos está esperando cuando lleguamos. Todo ese viaje fue antes de que el Covid fuera una pandemia. Afortunadamente, también vimos de cerca de montañas y nieve con senderos largos y planos donde probamos la silla
El modelo básico sin suspensión y batería cuesta 3,750 dólares, y este precio incrementa conforme la vayas personalizando. Una silla como la de Cambry podría llegar a costar hasta 5,000 dólares, pero vale la pena cada centavo. Si te interesa este proyecto, aquí te dejamos la página de Not-A-Wheelchair.