La última vez que los Cachorros de Chicago jugaron una Serie Mundial fue hace 71 años, en 1945, la final para la que muchos jugadores estrella acababan de regresar de la Segunda Guerra Mundial. Irene Mooney, fanática de los Cachorros y de 102 años, estuvo ahí presente; pero no como espectadora, sino vendiendo hot dogs en las gradas.
Irene trabajaba en el Wrigley Field cuando vio caer a los Cachorros en la última final que jugaron hasta ahora, famosos por no haber ganado la Serie Mundial desde hace 108 años, siendo el equipo más antiguo en activo en la Liga de béisbol de Estados Unidos (previo a esta sequía, era un equipo multicampeón).
Irene explica que desde las 7 de la mañana empezaba a vender los hot dogs en la Serie Mundial. Un hot dog costaba 10 centavos entonces, recuerda. El trabajo lo obtuvo por una amiga que trabajaba ahí.
Recuerda que no pudo ver el juego 6 porque había mucho trabajo. Durante muchos años vendió hot dogs, pero no era sólo un trabajo, sino que era una gran fanática: “siempre preguntaba a todo el mundo si habían ganado al terminar el juego”.
“Para mí era muy importante que ganaran cada juego, si ganaban me ponía muy feliz. Espero que ganen esta final.”
Otra seguidora de este equipo, Dorothy Farrell, tiene 90 años, y está esperando desde 1984 que ganen. Es una celebridad, y siempre la pueden encontrar fácilmente, pues siempre se sienta en el mismo asiento desde hace años. Desde 1984 ha asistido a todos los juegos de los Cachorros.
“No me preocupo por Cleveland, no creí que llegaría este día. Quisiera que mis hermanos estuvieran vivos para ver esto, uno murió en la guerra y otro está en la cárcel, y otros dos que están fuera de los EU y amaban a los Cubs; mi padre también era fanático, pero también está muerto. Sólo queda esta ancianita, no se cómo celebraré, tal vez con un Jagermeister”.
La abuelita, que dice que nunca bebe previo o durante el juego, respondió a la pregunta de qué hará si ganan los cachorros: “No sé, creo que me voy a morir”.