El primer auto deportivo fabricado en el mundo, el Prince Harry, de la fábrica británica Vauxhall, fue vendido por la suma de 657 mil 185 dólares en Londres, hace unos días.
El automóvil, de 1914, tiene 25 caballos de fuerza y se considera el primer automóvil deportivo de la historia. Subastado por Bonhams en Londres, fue uno de los primeros cuatro autos producidos comercialmente.
Es uno de los pocos que quedan en el mundo, pues solamente hay otros seis, según dice Rob Hubbard, especialista en autos. Fue diseñado por Laurence Pomeroy y vendido en primera instancia a un empresario inglés llamado T.W. Badgery en 1914.
Su hijo, Laurence Pomeroy Jr., compró el auto en 1945, y su último dueño fue Reg Long, un ingeniero que lo adquirió en 1970 en Lincolnshire, Inglaterra. Él murió este año, pero el auto de 102 años de antigüedad todavía funciona.
Cuando salió a la venta impresionó a todo el mundo por su belleza y por las velocidades que alcanzaba, pues podía correr a 128 kilómetros por hora. Su último dueño le dio un mantenimiento cuidadoso y especializado. Regularmente lo conducía en las carreteras e incluso competía con él.