Cuando quieres un trabajo bien hecho, lo mejor es que lo hagas tú mismo, especialmente si se trata de cuidar un lujoso y potente superdeportivo que no cualquiera puede conducir.
Lo que pudo haber sido lo más asombroso que le haya ocurrido a un empleado de un autolavado en Italia, se convirtió en su peor día de trabajo porque terminó arruinando un costoso Ferrari 812 Superfast que pertenecía al portero del equipo Genoa Cricket & Football, Federico Marchetti.
En el norte de Italia han tenido días con mucha lluvia y el deportista dejó su lujoso automóvil en un centro de lavado. Él se dirigía a los campos de entrenamiento y los encargados del negocio se comprometieron a llevárselo hasta ese lugar al terminar de darle brillo y dejárselo como nuevo.
A Federico le pareció buena idea para no perder tiempo y, además, sería la oportunidad para que uno de los lavacoches estuviera tras el volante de este genial superdeportivo. Pero, al parecer, los 799 CV fueron demasiada potencia para el piloto del lavado de autos.
Cuando iba en camino a entregárselo al guardameta del Genoa, el empleado perdió el control del carro y lo estrelló en las banderillas de la autopista Via Pacoret de Saint Bon, cerca del aeropuerto de Génova.
El superdeportivo golpeó la barandilla y después colisionó con otros cinco vehículos, terminando con el frente completamente destrozado. Por suerte, ni el conductor del Ferrari ni otras personas sufrieron daños, todo quedó en lo material.
Lo malo es que “lo material” tiene un precio muy elevado, pues este Superfast tiene un precio de más de 409,400 dólares. Así que ahora el lavado de autos tiene una deuda pendiente con Marchetti.
El futbolista tomó las cosas con calma. En su cuenta oficial de Instagram publicó una foto de él sonriendo y escribió que estaba agradecido con la atención que habían tenido con él y su vehículo. Añadió que lo importante era que no hubo heridos.
Lamento mucho lo que pasó. Gracias a Dios, nadie resultó herido y esta es la noticia más importante. Espero no leer más sobre las cosas malas que vi hasta ahora, ¡creo que la vida tiene algo más! #respeto
– Federico Marchetti
Seguramente la próxima vez el portero se tomará tiempo de su agenda para lavar él mismo su carro o por lo menos quedarse en el autolavado para que nadie más lo conduzca. Quizá el lavacoches terminó endeudado por mucho tiempo, pero al menos tiene una buena historia que contar cuando le pregunten porqué le dieron su liquidación.